En el 2009 la Gobernación de Santa Cruz, a través del Dirección de Sanidad Agroalimentaria (DSA), invitó a Telémaco Orquera, un ingeniero agrónomo de Mairana, Santa Cruz, Bolivia, a asistir a un curso de capacitación en la ciudad de Santa Cruz. A través del curso, el primero de varios enseñados por CABI, Telémaco apreció que organizar una clínica para plantas significa armar una mesa en un lugar público, aceptar muestras de plantas de los miembros de la comunidad, y dar recomendaciones de forma verbal y escrita. A Telémaco las clínicas para plantas le llamaron la atención por su sentido de servicio a su comunidad.
Durante tres meses, Telémaco operó una clínica para plantas en el mercado municipal de Mairana, entre las verduleras y la muchedumbre, pero muchos de los clientes solo eran curiosos, o eran gente con plantas de su jardín. Telémaco quiso prestar un servicio a los agricultores de verdad, así que pasó su clínica para plantas al Instituto Técnico Superior (una pequeña escuela terciaria). Cuando Telémaco recibía una muestra que no podía identificar, la mandaba a Olivia Antezana, en el laboratorio de Comarapa.
Servicio a la comunidad
La clínica para plantas en Mairana se combina bien con ambos oficios de Telémaco, con la DSA y con el Instituto, lo cual explica en parte porqué él ha podido manejar la clínica durante tantos años. La clínica se realiza en el Instituto, los domingos, cuando los estudiantes hacen sus trabajos prácticos. Los estudiantes pueden ayudar en la clínica o traer muestras de sus familiares agricultores. La clínica para plantas ayuda a Telémaco a tener una idea clara de los problemas en la zona, para poder probar soluciones en ensayos, y luego usar los resultados para mejorar sus recomendaciones en la clínica para plantas, escribir hojas volantes y dar cursos cortos a los agricultores. También ha sido seleccionado, junto con Juan José Lagrava (DSA), Olivia Antezana (CIAT) y Ricardo Rodríguez (PROSAT), para ser parte del equipo nacional de capacitadores que implementa los cursos de Plantwise para doctores de plantas.
El mantener una clínica en función, aun cuando al empleador (la DSA) le pueda faltar los fondos para las planillas, es necesario estar comprometido al servicio comunitario. El manejar el Instituto a cambio de un salario simbólico es una muestra del espíritu cívico, pero no bastan las buenas intenciones. Para manejar una clínica para plantas hay que ser un experto en las plantas y sus problemas fitosanitarios locales. Caminando por los tomatales, Telémaco rápidamente identifica varios problemas: Alternaria, oídio, bacteria, wiphala (geminivirus trasmitido por la mosca blanca) y barrenador de tomate. Telémaco conoce los nombres locales, los binomiales científicos, cómo se desarrolló el problema y cuándo entró al valle. Él es disciplinado y mantiene fotos de los síntomas para poder vincularlas a los diagnósticos del laboratorio y así usar las para referencia en el futuro. En el 2015 (hasta Noviembre) la clínica recibió consultas en 24 cultivos, los más comunes siendo tomate, durazno y pimentón (chile dulce).
Autoridad local
Nos preguntábamos qué dirían las autoridades locales de la clínica para plantas, así que visitamos a Pedro Villarroel, el Corregidor, quien representa a la Gobernación de Santa Cruz aquí en la provincia Florida, que incluye a Mairana. Encontramos a don Pedro en el campo, azadón en mano, trabajando al lado de un ayudante, limpiando sus tomates. Para don Pedro, la clínica es esencial. En enero del 2016, cuando Telémaco formalmente estaba sin trabajo, don Pedro le buscó en su casa para hacer una consulta, un hecho que no es un privilegio sólo de la élite política. Según Telémaco, mucha gente llega a su casa con sus problemas. Además, él también atiende a muchos agricultores por teléfono.En enero, don Pedro tuvo un problema con una enfermedad fungosa (Alternaria) y con una bacteria. Telémaco le recomendó un producto que don Pedro aplicó, y los tomates se recuperaron. Luego el 12 de marzo, don Pedro llegó a la clínica para contarle a Telémaco de un problema con el barrenador de tomate, un gusano que vive dentro de la fruta. Telémaco recomendó un insecticida para controlar a las polillas adultas. Don Pedro estaba satisfecho con los resultados y le alegra tener dónde ir para conseguir asesoría honesta para sus problemas.
Conclusión
Es un reto manejar una clínica para plantas e identificar las docenas de problemas que los agricultores pueden lanzar a la mesa. Es especialmente frustrante manejar una clínica si de vez en cuando el empleador no puede pagar la planilla. A pesar de todo eso, Telémaco sigue manejando su clínica para plantas porque está comprometido a servir a su comunidad, porque conoce bien los problemas fitosanitarios locales y porque él tiene el apoyo de un laboratorio práctico.
Por: Jeffery Bentley, Javier Franco, Sol Danielsen, Yelitza Colmenárez y José Gómez. Fotos: Jeffery Bentley y Javier Franco.
El Ing. Juan José Lagrava y el Ing. Mauricio Ayarde Flores de la DSA apoyaron con la logística e información para este estudio. Gracias a las personas, mencionadas por nombre en el texto, que generosamente dieron de su tiempo para ser entrevistadas.